Todo comenzó a mis 18 años. Cuando salía de clases caminaba por las calles de mi ciudad y crucé mirada con un chico super guapo; pensé que volvería a verlo, pero pasaron días, semanas y no supe más de él. Hasta que un día volvimos a encontrarnos. Él se acercó a mí y pidió conversar, le dije que si nos sentábamos en una plazita y platicamos horas tras horas. Intercambiamos números, hablábamos por semanas, todo marchaba bien.
Nos comenzamos a ver seguido hasta que decidimos pololiar. Llegó el día de conocer a mi familia, justo en el cumpleaños de mi madre. Todo salió bien con mi familia, excepto por una prima que era como mi hermana, que me comentó de un chico que le gustaba demasiado pero que él no podía corresponderle porque tenía novia, y que esa novia era yo. Después de ese comentario dejamos de ser tan unidas, ella se sentía traicionada y yo no terminaba de entender por qué. Perdí todo con ella, pero seguí con él. Hasta que llegó el momento en que tuvo que irse por trabajo. Decidimos seguir a pesar de la distancia, él venia donde yo estaba, pero lo pillé siéndome infiel y todo acabó. Sufrí mucho rato, me costó levantarme, pero pude avanzar. Aunque jamás dejé de amarlo.
Con el pasar de los años, aproximadamente dos, formé otra relación, pero era tan fuerte lo que sentía por mi expareja que volvimos a reencontrarnos. Yo no podía tenerlo cerca porque no lograba controlarme. Nos veíamos a escondidas de nuestras parejas hasta que decidimos estar juntos nuevamente. Formamos un hogar, criamos una perrita hermosa que era como nuestra hija, incluso nos tatuamos sus patitas. Un día cualquiera encuentro una sorpresa en casa, la más hermosa de todas. Él estaba inclinado pidiéndome matrimonio. Obviamente dije que sí. Hasta que llegó el día que ninguno de los dos quería: la partida, a causa del trabajo. Prometió volver por mí para irnos juntos. Pasaron las semanas y él estaba distinto, por lo que compré unos pasajes para ir a verlo y estar junto a él, demostrarle que lo amaba, pero me volví a dañar. Él repitió lo mismo y estuvo con otra persona. Y yo aún no he podido dejarlo de amar.
Hace unos días recibí un mensaje que decía “jamás dejé de amarte y te amaré siempre, y si el destino nos quiere juntos nos volverá a juntar” Pero esta vez no será así. Sé que debo dar vuelta a la página. Cerrar ese capítulo en mi vida. Pero aprendí algo, que el primer amor jamás se olvida, pero también que el verdadero amor no daña y que, aunque tú no lo creas, cuando menos lo esperas llega esa persona que te puede amar de verdad.